El análisis por deciles denota la relevancia de la complementariedad de los indicadores de la Mitad de la Mediana y del Doble de la Mediana, es decir, medir la pobreza energética teniendo en cuenta tanto hogares que consumen una cantidad muy elevada de sus ingresos en gastos energéticos, como aquellos que sufren de subconsumo de energía.
Sobre los dos primeros deciles se puede observar niveles de pobreza según 2M (Doble de la Mediana) mayores al 60% de cada uno, y si además se tiene en cuenta al indicador M/2 (Mitad de la Mediana), la pobreza supera el 90% y el 80% respectivamente. Un 5% de los hogares del decil más bajo es captado por ambos indicadores, es decir, gastan más del 10,19% de sus ingresos en consumo de energía, y al mismo tiempo se encuentran en situación de subconsumo en comparación con el resto de los hogares, siendo esta una situación crítica.
La pobreza energética captada por ambos indicadores en el tercer decil alcanza a casi el 60% de los hogares del mismo; y en los siguientes deciles se reduce considerablemente, resultando nula la pobreza energética por 2M para el décimo decil. Se destaca la existencia de pobreza en los deciles más altos, por lo cual analizamos qué sucede al exceptuar del cálculo de pobreza energética a los hogares con mayores ingresos totales, ubicados en los deciles 8,9 y 10. El resultado es un nivel de pobreza energética del 22,20% para el Indicador del Doble de la Mediana, del 13,34% para la Mitad de la Mediana, y del 35,04% teniendo en ambos indicadores en conjunto.